Buenas tardes,
Una vez me dirigí a un General, mandé formar la Guardia y le di novedades a grito pelao. Todo salió bien. La anécdota aburrida (y mi preferida) se la voy a ahorrar, o mejor, se la concluyo: en el bar de mi pueblo me llaman el Vuecencias y yo me estiro. Conocedor pues de lo íntimo del generalato sé que un Almirante capaz de admitir una regañina del personal civil es algo por encima de lo esperado. Y lo vi pródigo en cubierta a pesar de la reprimenda en el sarao de Madrid.
Ahora que hablamos de filiaciones, de pertenencias y de sentimientos me noto ajeno y a la guerra ya no quiero ir, alguna vez quise o creí querer. Ya no tengo bandera ni color pero me acuesto con la Mari sabiendo que si hay que ir yo lo haré con el Almirante Churruca.
Una vez me dirigí a un General, mandé formar la Guardia y le di novedades a grito pelao. Todo salió bien. La anécdota aburrida (y mi preferida) se la voy a ahorrar, o mejor, se la concluyo: en el bar de mi pueblo me llaman el Vuecencias y yo me estiro. Conocedor pues de lo íntimo del generalato sé que un Almirante capaz de admitir una regañina del personal civil es algo por encima de lo esperado. Y lo vi pródigo en cubierta a pesar de la reprimenda en el sarao de Madrid.
Ahora que hablamos de filiaciones, de pertenencias y de sentimientos me noto ajeno y a la guerra ya no quiero ir, alguna vez quise o creí querer. Ya no tengo bandera ni color pero me acuesto con la Mari sabiendo que si hay que ir yo lo haré con el Almirante Churruca.