domingo, 25 de agosto de 2013

D. Vitorino Corneone.

Neo... dice:
¿Me permiten?
Mi abuelo también fue picador.
En los últimos años de su vida nos contó a los nietos que él había picado el primer toro de la primera corrida de la ganadería de D. Vitorino Martín. Fue en San Sebastián de Los Reyes un 25 de junio de 1961. Mi abuelo tuvo que suplir al primer picador del diestro Antonio Chanel “Antoñete”. Atendía el picador al nombre de José Fulgencio, que causó baja para dicho festejo debido a un ataque repentino de cuernos provocado por el maestro de espadas de Antonio Bienvenida (que también lidiaba esa tarde), al cual no se le ocurrió otra cosa que afilar la espada con la parienta del picador.
Mi abuelo, aunque fiel a Antoñito “El Cojo”, diestro torero al que acompañó en su longeva carrera, no pudo decir que no ante las súplicas insistentes de Antoñete (¿Todos los buenos toreros se llaman Antonio?). Así que allí se presentó cubierto con su castoreño, con sus caballos y con “Rafaliyo” de monosabio.
Los alguacilillos, a lomos de sus caballos, encabezaban el paseillo. Detrás, orgullosos y altivos: Antonio Bienvenida, Antoñete y Curro Montes. Las cuadrillas de estos, sumisos, pero bellos, cerraban la procesión. La plaza guardaba silencio respetuoso ante el desfile de sus soldados. El enemigo esperaba en los corrales.
La suerte quiso que la lidia del primer toro le correspondiera a Antoñete. Salió el primer “Vitorino” con fuerza. Era largo, de elevada envergadura, astifino y con dos pitones más que considerables. Su color negro zahino destacaba ante el dorado del albero. Dio dos vueltas a la plaza sin que ninguno de los subalternos del diestro se atreviera siquiera a asomar tras los burladeros.
Mi abuelo observaba al morlaco tras la puerta de chiqueros. Nunca había visto un animal tan bello como aquel. Por un solo instante, y por una sola vez en la vida, odió su profesión.
Llegó el tercio de varas y apareció mi abuelo en el coso taurino. Se tragó su pesar por tener que enfrentarse a tan noble animal y asió la pica con fuerza. Antoñete le indicó que se colocara en la zona de sombra, ya que así el astado se encontraría el sol de frente y quedaría deslumbrado. Mi abuelo, con dos cojones, no le hizo caso y se colocó en el lado contrario. Antoñete se dirigió hacia él airado. Mi abuelo le miró directamente a los ojos… y el maestro, comprendiendo, bajó los suyos.
Mi abuelo, preparado, se dirigió al toro: ¡Eh, toro!
Aquella actuación tuvo consecuencias en la vida de mi abuelo.
Una fotografía lo muestra.
En ella se ve a mi abuelo picando al toro, montado sobre su caballo. Este, debido a la fuerza de la embestida, no toca con ninguna de sus patas la arena del ruedo. Los ojos de mi abuelo brillan y el sudor recorre su cara mientras sus manos muestran el esfuerzo efectuado al clavar la pica.
Al ser su primer nieto me dejó la foto como recuerdo.
Detrás, con difícil caligrafía de mi abuelo.
Desde aquél día me llamaron Don Vitorino Corneone.
Guardo esa fotografía con mucho cariño, y siempre que escucho a Víctor Manuel me acuerdo de ella.
Sí, mi abuelo también fue picador.

Concierto económico Vasco.

Andoni dice:
Concierto Económico Vasco.
Actuarán: Los Niños cantores de Gordejuela, la Filarmónica de Muskiz, el coro de Arrijotzailes de Hondarribia, el terceto de cuerda “La Boina de la Encartada”, el cuarteto de Vientos del Gorbea, y el bertzalari Txomin de La Brecha.
Todos a una interpretarán la Ópera: Kukurrukurkullu, palomo.
Entradas en los cajeros automáticos de la BBK.
Precios:
Neskas y Neskos:1,50 Euros.
Bilbainos:2,00 Euros.
Giputxis: 2,50 Euros.
Patateros: 2.75 Euros.
Jubilados, Parados, Ertzainas, Socios de Batzoki, Herrikos Tabernas. Enfermos terminales de Cáncer liberados de la cárcel: Gratis.
Simpatizantes del PP y UPyD: 250 Euros + Iva.
* Todos los beneficios serán destinados íntegramente para realizarle un corte de pelo a D. Jon Fernández.

Jonan Fernández.

Penalty y Expulsión dice:
Bueno, que se ponen ustedes pelmas. Pues miren:
Juan Andrés de soltero, Jonan Fernández después, emparentó gozosamente con el PNV a través de su chica, aunque él era más de ETA. Descubrió el poder por aquella vía, ya que siendo concejal de HB convivía con su esposa en la planta alta de la Casa Consistorial de Tolosa, cuando un familiar de ella era alcalde.
¡Menudo chollo!, pensarán ustedes.
(él también)
Y ahí vio la solución a su vida porque, aquí entre nosotros, no se le conocía preparación profesional alguna ni la encontrarán ni en el guguel.
En estas estaba, cuando le llegó la inspiración de crear la Coordinadora Anti-Autovía, a la que se unieron entusiásticamente los hachebitas, ekologistas, sindikatos del rollo y hasta un catedrático de la Universidad del País Vasco, un tal Allende, que vilipendiaban un día sí y al otro también el proyecto unánimemente apoyado por todos los órganos legislativos forales y autonómicos (parlamentos y ejecutivos) del País Vasco y de Navarra. Tan es así que provocaron que, históricamente, se celebrase la única sesión conjunta de las Juntas Generales de Guipúzcoa y del Parlamento de Navarra. Eso sí, en contra de ETA y de Jonan y su socio Víctpr Ayerdi. Todos estos organismos populoekologistas y el citado y pelma catedrático callaron cuando el siguiente gobierno pactó con los votos de PNV-PSE/PSOE-HB una alternativa peor ekológikamente, pero era otro proyecto y, por tanto, se daba la victoria a ETA. Akí pusimos la primera piedra de todas estas coyunturas, coyundas y experimentos sin gaseosa, pero con amonal.
Luego le cambiaron de nombre al negocio porque el “Anti-Autovía” pensaron que era negativista y le pusieron Coordinadora Lurraldea.
Jonan era el portavoz embustero permanente. Cierto es que los Medios de Comunicación le seguían como ovejitas y daban todas sus primicias sin cuestionarlas ni contrastarlas. Un día anunciaba el cese próximo del Director General de Medio Ambiente de la Unión Europea por apoyar la autovía y al siguiente la próxima ocurrencia. No se lo creerán, pero funcionaba. Todos sabían de quién era portavoz y la cosa vendía.
Cuando ETA, después de la labor de zapa de Juan Andrés Fernández, se sumó al “movimiento popular vasco en contra de la autovía”, como siempre dirigido por sus satélites, la Diputación Foral de Guipúzcoa contrató a mi empresa como responsable de comunicación para desmantelar aquella situación. Acepté, sabiendo la que me vendría encima de coste personal, que me vino y con creces, aunque no me dieron, afortunadamente, como a otros, en la nuca o en los bajos (del coche). Tuve ángeles de la guarda que se agachaban cada vez, antes de transportarme, para evitarme otro tránsito más eterno.
Escribí un artículo en El Diario Vasco: “Yo os acuso, HB”, luego reproducido por varios diarios de Vocento y Diario de Navarra (por cierto, sin cobrar de ninguno). Ponía de manifiesto las contradicciones de ETA-HB. Siendo nacionalistas radicales exigían un referéndum en Guipúzcoa, pero no en Navarra. Informaba de que el mosén Arrizibita, el tótem religioso de la izquierda abertzale, había sido ostiado por sus cristianos en el pueblo navarro en el que ejercía por oponerse activamente a la autovía y, además, los vecinos le habían amenazado de muerte: “O pasa la autovía por aquí o te matamos”. Lejos de ofrecer la cristiana otra mejilla, optó por abandonar la casa parroquial en la que residía y emigrar a otro pueblo en el que le quisieran menos.
Con estas contradicciones, difundidas en los medios regionales de mayor tirada, Juanan escribió una sentida carta al director de Egin en la que denunciaba haber recibido por vía postal amenazas a las que acompañaban copias de mi artículo. No lo denunció ante la Ertzaintza, a pesar de ser víctima de su terrorismo.
Luego vino Elkarri, creada con su mismo socio. Se había acabado el chollo de la autovía. Elkarri promovía un movimiento mediador popular. Esto es, usted firma para que nosotros le representemos y ya queda nombrado mediador. A más firmas, más mediadores, que gestionaban Juan Andrés y Víctor.
Pues hete aquí que también me tocó ser responsable de comunicación de, si me acuerdo bien, la II Conferencia Europea de Paz y Resolución de Conflictos, que -como siempre en estos casos- se celebró en el Palacio de Ayete de San Sebastián. A Juan Andrés ya le había concedido aquel Gobierno Vasco, entre otras prebendas, el juego del “Raspa y Gana” en estancos, bares y perfumerías, en detrimento de otros menos discapacitados que lo tenían solicitado. Al congreso acudieron muchos expertos, europeos y americanos, pero la organización tuvo la mala baba de invitar al final a nuestro Fernández para explicar lo suyo.
Fue apoteósico. Después de salir del palacio vi a expertos internacionales llorar. De risa, comentándolo. Fernández creía que uno puede intermediar entre dos partes con muchas firmas, aunque ninguna de las partes te admitiera como mediador. La dictadura de la mediación.
Como diría don Neo, sí, yo también fui mediador y pacificador.

Canallas.

Andoni dice:
Parece ser que hay un bloqueo en el proceso de consolidación del final de ETA.
Ellos ya ofrecieron un cese definitivo de la violencia. Definitivo parece que quiere decir para siempre… que yo quiera.
Bien, ellos han dado el paso (¿buen pie?). Han prometido, te lo juro por Euskadi, que no van a utilizar más la violencia.
-A partir de ahora, intentaremos conseguir nuestro fin sin ningún tipo de desgarramiento anal, ni cosa que se le parezca, sino que la introducción será realizada por métodos pacíficos e indoloros como la Peneuvediural. No nos vamos a liar a hostias cuando podemos llegar a una relación consensuada, tú pones la cara y yo pongo el puño. Y así, de esta manera tan poco definitivamente violenta, tú me das lo que yo quiero y te quedas traspuesto mirando a Cuenca.
Al final de todos estos años de discrepancias violentas, pero sin llegar a las manos, que conste, que nosotros somos pacíficos de por sí y no nos gustan los enfrentamientos directos (que somos más de nucas, bajos de coches, etc) se solucionará el conflicto con un apretón de espoleta. Y aquí Paz y tus muertos en la Gloria.
¡¡¡Canallas!!!

Pidiendo pá.

Neo... dice:
Aquel tipo no me cayó bien desde el principio.
Entró en la panadería mientras yo buscaba en los “Otros”. “Otros” es la sección, dentro de la panadería, donde se encuentran los productos que, aunque no tienen nada que ver con la harina o la levadura, son indispensables para la vida del hombre: el vino, la cerveza, el whisky… ya que no solo de pan vive el hombre.
Esperó pacientemente a que fuera atendido un señor mayor, que por las pintas que tenía, con la chapela a medio lao, la cabesa prominente y la mano derecha más grande que la otra, debía de ser oriundo de Cuenca. El de las casascolganteslari pidió media barra de media cocción, ya que según explicó era medio pensionista.

-¿Cuánto es? –le preguntó a la dependienta.

- Cuarenta céntimos – le dijo esta, mientras le alargaba la media barra de pan con una media sonrisa. Y salió de la panadería dejando frente al mostrador
El de Cuenca pagó y salió dejando frente al mostrador al tipo que no me cayó bien desde el principio. Yo, mientras tanto, dudaba en la estantería entre un terabrick de D. Simón o una botella de “Balantains”. Elegí esta última, ya que me pareció más adecuado comprar en una panadería algo de malta que algo de uva. Que digo yo que en Malta se hará pan también ¿no?
-Bon día –saludó.
Tengo que reconocer que educado, por lo menos era, aunque había algo en su forma de hablar como que… no pronunciaba bien.
-Buenos días –le respondió la dependienta -¿Qué desea?- Yo, como si no le había escuchado.
-Voldria un pa pagès de cocció lenta i cuit en forn de llenya.
-Perdone, señor ¿Me podría repetir? Es que no he entendido lo que me ha pedido.
-Voldria un pa pagès de cocció lenta i cuit en forn de llenya. –repitió lentamente-.La chica se dirigió a mí con gesto de preocupación.
-¿Podría ayudarme, por favor?¿Es que no comprendo a este señor?
Me dirigí al mostrador y, aunque no fuera de mi agrado, le pregunté con educación:
- ¿Parle vu fransé?
-¡Ni fransé, ni collons, estic parlant en català!
-¿Inglis?
-¡En catalá!
-¿Italiano?

El tipo pareció enfurecerse ante mis preguntas y con un gesto despectivo se volvió y se cuadró ante el mostrador .
-Aquí m’atén en català o no compra ni Déu. – Y allí se quedó parado.
Por mas que intenté que el “chorbo” me dejara pagar mis compras fue imposible. Y en esa situación estábamos cuando entró por la puerta un grupo de señoras, ya entraditas en años… y en carnes, provenientes, según me informé después, de un viaje del Inserso que había realizado una parada para comprar pan, ya que tenían previsto realizar la sopa de ajo más grande del mundo en la Vigesimoquinta Feria Internacional Rural de los Valles Mineros del Desierto de Los Monegros.
El tipo permaneció impasible ante aquel aluvión de años… y kilos, y no dejaba que nadie pidiera nada a la panadera.
Intenté explicarles la situación, pero allí no había forma de entenderse. El andoba gritando desaforado mientras impedía que las señoras se acercaran a las barras de pan y las “fósiles” empujando y chillando. Decidí apartarme y me convertí en un mero observador. El tipo me cayó mal, pero aquello prometía.
El primer bolsazo se lo llevó en toda la cabeza, el segundo en un hombro; la patada en la entrepierna vino después, y los arañazos, guantazos y empujones remataron la faena.
Las Insersas arramblaron con todo el pan de la tahona, pagaron escrupulosamente y salieron de la misma.

-Agur -me dijeron al despedirse.

-Agur- les dije yo… por si acaso.
Ayudé a aquel tipo a levantarse, que uno es como es, pero a veces hay que actuar como buen samaritano. La dependienta acudió con un paño mojado y le limpió las heridas.
Le acompañé hasta el ambulatorio más cercano y lo dejé en urgencias.
-Muchas gracias -me dijo mientras se alejaba apoyado en un celador que acudió enseguida al ver el lamentable estado del interfecto.
Si hubieras empezado hablando así, no habríamos llegado a esto. – le dije. Por cierto: el pan pagés de cocción lenta en horno de leña que hacen en la panadería es cojonudo.
Me dí la vuelta. En mi mano derecha aún se encontraba la botella de “Balantains” que no había pagado. Observé a lo lejos la panadería y pensé: los buenos samaritanos reciben siempre su premio. Y tomé la dirección contraria.
No, aquel tipo no me cayó bien desde el principio.
…. a cascála.

La camiseta.

Andoni dice:
Hace ya más de treinta años que tengo yo una camiseta de fútbol como esa en mi casa. La guardo como oro en paño. Está nueva, casi sin estrenar.
Un tío mío, trabajador de Renfe y residente en Tarragona (en ese mismo orden), se encontró en objetos perdidos de la estación donde se hallaba destinado un baúl con la equipación completa de un equipo de fútbol regional: dieciséis camisetas, la del portero incluida. Como nadie reclamo el baúl, permaneció en un rincón durante más de un año. Pasado el tiempo se decidió por parte de los trabajadores el método del “estapa”: esta pa mí, esta pa ti, esta pa mí, esta pa ti; siete camisetas se agenció mi tio Pedro ( Pere, pa los nietos).
Mi tío, listo como el abuelo “picaor” de D. Neo y casi tan canalla como él, se dio cuenta inmediatamente que no podría regalarlas a los sobrinos que vivían en los alrededores debido al “cante”. Una camiseta como esa, utilizada en pleno centro de Tarrraconensis, cantaría mucho, así que decidió enviarlas a cobro revertido (mi tío se fue contagiando de la cultura catalana) a sus sobrinos de Bilbao.
Los sobrinos de Bilbao, entusiasmados, se ponen las camisetas y salen a la calle con ellas. Y… oh, qué decepción. Reciben miradas extrañas, e incluso amenazadoras, hasta de sus propios amigos.
Vuelven a casa y las camisetas quedan relegadas al baúl de los recuerdos.
Yo aún conservo la mía.
Está comprobado: en el País Vasco también se odia a los catalanes.

La novia de mi amigo.

Penalty y Expulsión dice:

Yo era amigo de un personaje de Echarri-Aranaz. El idiota era españolista allí. Tuvo una novia muchos años, de Alsasua. Luego se casó con otra. Para la boda les regalé cien mil pesetas (acababa de ganar mi primer millón y diría que casi el último y estaba que me salía).
Mi amigo se mató en un accidente de tráfico. Dejó hija, viuda y feto en camino.
El funeral fue en Pamplona. Su ex-novia se acercó. Nunca me había gustado. Bebímos, recordamos y no lloramops. Acabamos en el hotel y yo le reservé una habitación indoiidual, como la mía.
Tras trasegarse varios gin-tonics a mi costa me dijo:
“Que sepas que no me voy a acostar contigo”.
(ni que hubiese interés, oiga)

Historias del chalet.

Penalty y Expulsión dice:
Bueno, pues off topic:
Mi guiri me ha secuestrado esta mañana para ir a la playa de Coni, con la excusa de que era media jornada de libranzal. He cargado las tumbonas, que esta noche descargaré, en el coche. Al llegar no había ni rayito de sol en la playa. Así que, además del suceso ya narrado anteriormente, ha buscado un comercio que, milagrosamente, aún existía, para comprar unos zapatos (no chanclas, que es guiri), acordes al tamaño del pie (bueno, de los dos).
Lo ha encontrado (los guiris no son tontos). Etiqueta y código de barras. Un 38. No han cobrado la bolsa. No hemos ído a la playa, que hacía frío. Cuando presenciábamos la escena cutre sorollesca del pescado, los ha sacado (los zapatos) de la bolsa.
Al darles vuelta, uno ponía talla 36. El otro, 35.
Se los ha probado. Encajaban mal.
La señora Expulsión ha ido a cambiarlos. Supongo que cojeará el resto del verano.

Historias del chalet.

Penalty y Expulsión dice:
En verdad, en verdad les digo, les he engañado. No me he he despertado ahora, pero tengo sueño.
Me han llevado a la tierra de los huevos sucios, que no suizos, desde donde escribe doña Repanocha.
Mientras nos tomábamos dos cruzcampos por cabeza, la guiri y yo hemos visto cómo los responsables del establecimiento (también restaurante) admitían la venta ambulante de boquerones y jureles a sus clientes, en cubos de fregona como contenedores.
No es todo. Los restauradores les han comprado por dos veces el producto.
De lo de la factura e impuestos, ni les hablo.
(a ver quién vuelve)
(información patrocinada por Turismo de España)

Kaín y Abel.

Neo... dice:
La Biblia contada a los de Bilbao.
Zalakaín y Abeldieguna crecieron bajo la educación de sus padres Antxón Kobarrubiako y Nekane ( Lolita de soltera) y bajo la protección de Sabino.
Antxon y Nekane intentaron llevarlos por el buen camino; Sabino se los llevó al Batzoki.
Abeldieguna destacó siempre por su amor hacia el Label Vasco, y gracias a una beca otorgada por la asociación de txikiteros del Casco Viejo estudió agricultura autóctona. Apenas contaba dieciocho años cuando creó el primer invernadero de pimientos de Guernica en las faldas del Pico Serantes en Santurce. Después vinieron los secaderos de tomates de Deusto en Arrigorriaga y los viñedos de Txakolí de Bakio en Ortuella. Como no podía ser de otra manera, y gracias a Sabino, obtuvo la concesión de abastecimiento a todos los Batxokis de Vizcaya.
Sabino se sentía orgulloso de Abeldieguna, ya que este elegía sus mejores productos para consumo de los “jetazales”, mientras todos aquellos de inferior calidad eran destinados a la venta en mercados de la margen izquierda de la Ria de Bilbao, asentamiento abundante de maketos y otras gentes de fuera.
Zalakaín, sin embargo, se dedico a la holganza y se hizo arrantzale, o sea, pescador. Se le solía ver con su caña de pescar pasar horas muertas en los muelles cercanos al puente colgante sin que ni una sola “mojarra” acudiese a las migas de pan que colocaba en el anzuelo.
Sabino esperaba que Zalakaín pescara algo algún día para poder darle también parte en el abastecimiento de sus amaiketolaris, pero no había manera.
La envidia tocó el corazón de Zalakaín ya que Abeldieguna fue aceptado como vasco, vasco; que hasta boina de La Encartada llevaba.
Decidió cambiar de aires, y en vez de frecuentar el batzoki, se cortó el pelo, se puso un pendiente en la oreja y tomaba “potes” en las Herrikos Tabernas. Se colocó una chapa “Presoak kalera” en el pecho y se sacó el EGA de euskera en el el Euskaltegui de Portugalete.
¡Cómo se puso Sabino! Uno del PNV es vasco, lleva txapela, pero no sabe vasco: sabe euskera.
Una noche, estando Zalakaín de Kale Borroka vio a su hermano entrar en un cajero automático del BBK. Ni corto ni perezoso, sacó la garrafa de gasolina, roció la puerta del cajero, encendió un cigarrillo arrojando la cerilla hacia la puerta de la sucursal.
- ¿Has visto a tu hermano? -Preguntó Sabino.
- Acaso soy yo el escolta de mi hermano- respondió Zalakaín, mientras encendía un cigarrillo. Toma, te regalo las cerillas.
Sabino recogió la caja de fósforos. Aquel día surgió la idea de la entrega de las armas a Euskalerría.

Historias desde el chalet.

Penalty y Expulsión dice:
Por cierto, en Canal 24 horas de TVE nos ha parecido escuchar, mientras comíamos, que 6 de cada 10 niños andaluces pasan hambre.
No sé si es o no verdad. Puedo decir que el sábado aparecieron dos niñas, con tetas ya incipientes, y un niño (al que no vi si estaba velludo, que a eso no me dedico, pero creo que no). Más hambre que un sacamuelas del Medioevo.
Los padres se habían ido a comer marisco del caro, del que carece, gracias a Dios, mi establecimiento, porque en este municipio es de pésima calidad, y les habían dado dos billetes de diez euros para ir a comer una pizza. Pidieron la Prosciutto, que las mayores querían agasajar al chiquitín.
El más peque pidió un zumo de naranja. Las de los pechos muy incipientes me preguntaron lo que nadie antes había hecho (para que digan que la juventud de ahora es tonta): “¿qué tamaño tiene un kas de naranja?”
Después de pertinentes explicaciones y hasta demostración empírica, dijeron:
- Vale, pues uno para las dos.
(¿)Comieron(?), recogieron sus cambios, que les sobraban casi siete euros, y se fueron a ver cómo comían sus papás.
(y a devolver los cambios)

La derecha del cementerio.

Neo... dice:
Siempre hay que buscar a alguien a quién echar la culpa. Cuando los huesos de Franco ya han llegado al límite y no son útiles ni para dar sabor en cocidito madrileño, se buscan otros huesos que carguen con la culpa de lo que pasa en el País.
Aznar, aunque de osamenta pequeña, tiene para varias décadas, así que tiramos de él.
Mariano podría ser una continuación pero, como todavía no está muerto políticamente, por ahora, la sociedad española se conforma con acordarse de sus muertos (aunque los fallecidos de Bárcenas, Gallardón, Camps, Cospedal, etc son toqueteados de vez en cuando).
Lo que me llama la atención es que los profanadores de tumbas, por motivos que no llego a alcanzar, siempre se dirigen a la derecha del cementerio. Debe de ser que en el lado izquierdo del mismo solo reposan los restos de los incinerados; y como todo el mundo sabe, las cenizas… las cenizas son del viento.

Dª Viejecita.

Neo... dice:
Como estamos en compás de espera.
Aquella tipa no me cayó bien desde el principio.
La primera vez que la vi fue en el área de servicio de Pancorbo. Concretamente, en el servicio del área de servicio. Y para ser más exacto, en el servicio de caballeros del servicio del área de servicio.
Me encontraba yo castigado contra la pared dejando hueco para la ingesta líquida de otras doce o trece Sanmigueles catorce-catorce (que cero-cero, ni me va ni me viene, aparte de no gustarme) cuando entró gritando: ¡Que me meoooooo! ¡Que me meoooooo!
Como los tres cagaderos estaban ocupados en aquellos momentos por la Orquesta Sinfónica de viento y percusión de Aldeaquemada, se dirigió al único cubículo miccionario que quedaba libre: el de niños; que justo quedaba situado a mi derecha, según se entraba por la puerta. Ni corta ni perezosa, se subió la larga falda, se bajó unas bragas XXL y allí se aposentó cual cigüeña incubando. Yo la miraba extrañado… y estreñido, ya que el chorro cervecero se cortó de inmediato. Ella me dirigió una sonrisa, y comenzaron a correr las fuentes de La granja de Segovia.
Gran fotografía era aquella, digna de las de mi abuelo el picador. Un tío de espaldas contra la pared y la gallina Caponata con cara de éxtasis.
Las fuentes corrieron durante más de tres minutos y eran de tal intensidad que me llegué a plantear salir corriendo, con la pilila fuera, ante el peligro inminente de inundación.
De repente se hizo el silencio, tanto a mi derecha, como entre los integrantes de la Orquesta.
Caponata me preguntó: ¿Tienes un “clines”?
-No, solo un pañuelo de seda- le contesté, mostrándoselo.
Lo cogió rápidamente y lo hizo desaparecer bajo la larga falda. Me lo devolvió con un: Gracias.
Se levantó, se subió las bragas y me tendió la mano; la misma con la que había cogido el pañuelo.
-Encantada de conocerle señor…
-Neo, mis amigos me llaman Neo.
-Pues, encantada de conocerle señor Neo. Ha sido un placer.
-El placer ha sido mío Señora…
- Viejecita, mis amigos me llaman Viejecita.
Y salió. Aún guardo, sin lavar, aquel pañuelo como recuerdo.
He vuelto a encontrármela otras veces, ya les iré contando.
No, aquella tipa no me cayó bien desde el principio.
Dª Viejecita, a cascála.

El planeta Trempar.

jachuspa dice:
La primera señal de que algo no marchaba bien la dieron la caída de los mercados de commodities y el Calendario Zaragozano que se fue a rojo. Cuando el entrecot de wombat desapareció de los lineales de refrigerados de Wal Mart y la cotización de la espaldilla de mono lechal se hundió a niveles de bono basura en Mercamadrid, comenzó la pesadilla.
Una tarde de agosto, mientras se preguntaba el porqué su logopeda le había recomendado dormir arropado con un edredón de plumas de papagayo, el presidente Rajoy recibió una notificación del CNI para que interrumpiera sus vacaciones en Sanjenjo y regresara urgentemente a Madrid. Al llegar, y sin haberse quitado todavía el bañador, encontró sobre la mesa de su despacho un voluminoso informe acompañado de un dossier fotográfico. En él se ponía de manifiesto, que existía una colonia de republicanos españoles lectores del ABC en el planeta Trempar.
La sonda espacial Islero había detectado, con la óptica de una Werlisa Color entre la Vía Láctea y el Quinto Coño (The Fifth Dimension) al planeta Trempar. Se trataba al parecer de un proyecto del PSOE, de tiempos de Zapatero, para ofrecer una salida digna tanto a los jóvenes que no encontraban trabajo como recolocar a los millones de parados nacionales. Era, evidentemente, una mistificación, una más, de la realidad. Hasta la fecha tan sólo habían conseguido inaugurar cinco casas regionales e izar una bandera republicana que ondeaba en una pica situada, a modo de miliario, en el lindero del camino que conducía a una plantación de calçots y a las minas de permanganato potásico. Sin haberse recuperado de la sorpresa, encendió un puro y llamó al responsable del servicio.
Mientras esto sucedía en Madrid, en el apostadero naval de Fernando Poo – ahora Bioko-, estaba destinado Gumersindo de Alzate, agente secreto de la propiedad inmobiliaria con licencia para edificar, (una de las ramas del Mº de Fomento) con la importantísima misión de averiguar cómo se podría eliminar de una manera eficaz, el molesto zumbido de los mosquitos que tanto daño hacía al turismo de costa español importunando las siestas. No debemos olvidar, la historia hará justicia, que el tema “Con su blanca palidez” se le ocurrió a un médico español, aficionado al gospel, al contemplar en urgencias el impacto de un shock anafiláctico en una turista inglesa a quien había picado un mosquito desahuciado: la tarareó mientras colocaba un urbasón en vena y acertó a pasar por allí Keith Reid, quien estaba trabajando, en aquellos años, como animador en un hotel de Benidorm.
Llevaba allí Alzate, desde los tiempos de Carrero y no se le había podido repatriar por falta de presupuesto y, además, por el rumor que acompañaba al espía español, de quien se decía que había que evitar porque hasta su sombra era venenosa. Para una reflexión más serena de tales asuntos, el presidente se retiró al interior de su despacho y, mientras hacía tiempo para la siesta, se puso a jugar un solitario con los números primos. Hombre hecho a sí mismo, combatía las hemorroides con baños de asiento en un bidé lleno de ginebra pues tenía el convencimiento, que para aliviar el dolor mejor que la cirugía era emborracharlas; se lo había contado el dueño de las bodegas Pintado durante una visita, asegurándole que él mismo combatía cualquier dolor sumergido de cintura para abajo en una barrica de brandy. Sumido en estas disquisiciones se le hizo la hora de la merienda y el tiempo para ver su serie favorita: Anatomía de Brey.

Indicios equivocados

Andoni  dice:
Como descubrir si su pareja es homosexual.
1) Usan el celular y computador sigilosamente por la noche.
En el cuarto de baño, D. Carlos. Tiro de la cadena cuando sale la musiquita del Windows XP.
2) Mira a otros hombres de una forma muy coqueta.
Más que coqueta, yo los veo como si fueran croquetas, con su bechamel y todo.
3) Finge la atención que presta en la iglesia y otros grupos de oración.
A mí lo que más me gusta es cuando se dice: Podéis ir en paz.
4) Excesivamente fastidioso sobre su apariencia y el hogar.
Hombre, no hay nada mejor que tu hogar huela Coco Chanel, aunque sea aparentemente.
5) Asisten al gimnasio pero no tienen interés por los deportes.
Como deporte, a mí me gusta el juego de La Oca, pero es que ahí no se suda.
6) La ropa le queda pegada y está muy “de moda”.
¡Anda! Y yo que pensaba que había engordado de lo pegadita que me quedaba la camisa de toile de jouy.
7) Extrañas exigencias sexuales.
Yo no creo que sea exigencia extraña practicar el salto del armario del Ikea vestido únicamente con tacones de aguja…digo yo.
8) Le interesan más los hombres que las mujeres en las pelí­culas pornográficas.
Yo, realmente, veo las películas pornográficas para ver si se casan al final y fisgonear un poco como le queda el traje al novio.
9) Viaja con frecuencia a ciudades grandes y Asia.
Desde Santurce a Bilbao ¡Le parecerá poco grande! Y Asía más de tres años que no viajaba a Trespaderne.
10) Tiene a muchos hombres jóvenes como amigos.
Hombre, para la edad que tiene uno, no se va a juntar con amigos que se tienen que quitar la dentadura postiza para comerse un torrezno…
11) Atrevidos, sarcásticos e irónicos cuando están con sus amigos.
Y con los enemigos, peor.
12) Ama la cultura pop.
¡Cómo me gustan los “Village People”!.
13) Extroversión al momento de mostrar su pecho en público.
¡Cómo que su pecho! ¡Que tengo dos!
14) Consumo repentino y excesivo de alcohol.
Repentino, repentino…
15) Chicas, ¿han salido con hombres en el pasado que resultaron ser gay?
Yo no he salido con hombres que en el pasado fueron “gay”. A mí me gusta más vivir el presente.
Andoni: El lado oscuro de la fuerza… aunque el rosa tampoco me disgusta.

Dumping.

Penalty y Expulsión dice:
Yo, por naturaleza, genes y tradición familiar, no puedo estar contra la bebida alcohólica. Sí contra los precios dumping.
Ahora bien, ¿saben los escandalosos precios, también dumping de los papeos?
Dicho lo anterior, tras pasar por la cantina, “sus señorías” nos legislan.
Yo hoy, volviendo del Mercadona, he entrado en el bar de un amigo, al que llevo insistiendo tiempo que me suba el precio de las cruzcampos. Lo hizo a regañadientes hace pocos meses, pasándolas de 1,00 a 1,10€, porque la competencia las tiene ¡¡más baratas!!
Mientras nos tomábamos dos cada uno y una, más otra de promoción, han entrados dos proveedores, por parejas, y otro single.
Los primeros querían vender molletes (pan) de Antequera, que traían en la folloneta recién aparcada a la puerta del establecimiento. Pedían 28 céntimos por mollete. Mi amigo les ha dicho que los compra a 25. Han dicho: te los ponemos a 25.
-Pues trae 20.
- Estos dos son de regalo.
(luego, por lo bajo, tras automedicarse collejas, ha susurrado: ¿por qué no habré dicho a 20?)
Mientras uno extendía factura verbal, el otro ha caminado cuatro metros hasta la folloneta y ha regresado con los molletes. Esto pa ti, esto pa mí, y que Hacienda no sepa ná.
Entre tanto, un “publicista” le había llevado unas camisetas serigrafiadas con el nombre del local. Discrepancia en el precio. El comercial había dicho uno y el jefe llevaba supuesta factura sin IVA.
-Pues si tú dices que te dio ese precio, te rebajo ocho euros.
-Venga, me las quedo.
Y, sin solución de continuidad, ¡¡dos!! comerciales de Coca-Cola, la del anuncio de los benditos bares. Mientras uno dialogaba imparable (como Andalucía) a mi amigo, el otro miraba.
He solicitado a mi amigo su atención para intentar pagar el dispendio ocasionado en su establecimiento. Y, lenguaraz nato, he añadido: “Y menos mal que solo han venido dos”.
El que miraba y cobraba por tal actividad comercial, me ha respondido:
-Como verá, yo no he dicho nada.
Le he recomendado que no cambie nunca de un trabajo así, hasta que su empresa necesariamente quiebre.
¡Maldito Duque de Ahumada! (no el remero), que hizo que en Andalucía todos tengan que ir de dos en dos para el trabajo de un mitad.
España va bien.

El capitán Alatriste.

Neo... dice:
-Ave maría purísima.
-Sin pecado concebida.
-Dime, hijo, tus pecados.
-No me llame hijo, Padre. Llámeme Capitán.
-Ya empezamos… Mira chaval, te llamaré como me de la gana, y si no te gusta dos manzanas más abajo está la parroquia del Buen Castor, que allí ni padre ni leches, con cuarenta euros tienes perdón para tres meses. Y ahora, si tiene a bien mi capitán, podría decirme algún pecadillo. Que digo yo que habrás venido a eso ¿no?
-Verá, padre, es que he abierto mis salones.
-¿Salones? ¿Tú que eres… capitán o madanme de putiferios?
-No, Padre, yo ni capitán ni de lo otro: yo soy peluquero.
-¿Peluquero?
-Sí, arreglo pelucos.
-Entonces, eres relojero.
- ¡Y gemólogo!
-¿Y eso que leches es?
-Entendido en joyas.
-¡Anda, como yo! Porque no veas lo bien que me entiendo con las “joyitas” que pasan por aquí. Bueno, estábamos con el tema de los salones. Especifica un poco más.
-Mire, Padre. Los salones se encuentran en una sociedad gastronómica en Vitoria y los he ofrecido para celebrar un homenaje.
- ¿Homenaje… ? No me extraña, si es gastronómica menudo homenaje que os vais a pegar. Seguro que la gula pululara como Paco por el Valle de los Caidos.
-No, Padre, la comida es una excusa. Lo importante es que el homenajeado reciba el cariño y el apoyo de los presentes… y también el de los ausentes.
-¿Ausentes? ¿Es que os vais después de funeral?
-No, es que muchos de sus amigos no podrán asistir al evento y de alguna manera también ellos quieren mostrarle su apoyo.
-Joer, que amigos tiene el finad.. digo el homenajeado.
-Además está organizado por D. Santiago González.¿Le conoce?
-¿A Santi? ¡Si lo tengo aquí todos los días! Espera, entiéndeme bien, él no cree en Dios ni viene a confesarse, pero como le pilla de camino me trae una chapata todos los días¡Y me la cobra!
- Pues, ese es el pecado.
-Mire mi capitán, eso no es un pecado. El reunirse con buenos amigos es una buena obra. Y aunque en la reunión se coma, tampoco tiene importancia, siempre y cuando no os comáis treinta croquetas del “Tumba” por barba.
-¿Conoce usted al Tumbaollas?
-¿Que si lo conozco? ¿No has visto el cartelito encima del confesionario?
-¡Ostras! Father Sotomayor. Entonces usted… usted es su hermano.
-Si, hijo, sí. Ya sabes, en cada familia siempre hay una oveja modorra.
- Bueno, pues si no es pecado, me marcho.
-¿Cómo que te marchas? No, hijo, no. Las reuniones gastronómicas no son pecado, pero el haberme manchado todo el pasillo central con el barro de la mierda de la bicicleta es capital, mortal y casi casi de condenación eterna. Que digo yo que podrías haberla dejado fuera ¿no?
-¿Entonces?
-Entonces, de penitencia, vas a rezar un padre nuestro en la cima del Angliru tras subirlo en bicicleta.
-¿Uno solo?.
-Sí, uno solo cada vez que subas… pero como vas a subir cien veces….
Ego te absolvo a peccatis tuis in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti… y recuerdos a Santi.

Penalty cumple años.

Neo... dice:
Aquel tipo no me cayó bien desde el principio.
Tenía hambre. Eran las siete de la mañana y, dada mi posición social, hacía tres días que solo me alimentaba a base de langosta, angulas y caviar: alimentos que, como todo el mundo sabe, son agradables de degustar pero que van estupendamente para el colesterol. Mi colesterol está tan subidito últimamente que solo me hace caso si le trato de vuesencia.
Decidí variar la ingesta matutina y entré en un bareto de Chiclana. Tras la barra se encontraba apoyado en una escoba, a modo de pastor de oveja churra en los aledaños de Pancorbo, un elemento entradito en años y salidito en meses al que se le abría la boca más que a un gabacho cantando la marsellesa. El bareto se hacía llamar “chalete helvético” o algo así, pero, como tienen buena fama los lácteos suizos, los “cruasanes” franceses y las chirigotas de Cai, me pareció adecuado mitigar mi falta de nutrientes en aquel tugurio.
-Buenos días –me saludó con un bostezo el andoba de la escoba mientras me sentaba en una de las mesas.
-Buenos días – le respondí.
-Parece que va a llover – me dijo sin moverse.
Observé a través del cristal el limpio cielo azul y las primeras claras luces del amanecer y me volví hacia él con un gesto de incredulidad.
-Sí, parece que va a llover – se contestó a sí mismo sin dejar su posición. Parecía cómodo en ella.
El sonido de una radio a todo volumen me sobresalto. – Buenos días, Santi, majetón -sonó la voz del locutor. – Buenos días, Carlos – respondió el interpelado.
El pastor helvético de Pancorbo se puso tenso y me indicó, llevándose el dedo índice a los labios, que me callara. ¡Diez minutos! Diez minutos me tuvo allí sentado escuchando la radio. El tipo ni pestañeaba. Solamente, tras oír no se qué palabras de mármol que comentaba el tal Santi, y nombrar a un tal Luigi o algo así, el tío de la escoba se subió a la barra del bar y comenzó a gritar: Oé, oé, oé.
Pasados unos momentos se bajó de la barra, cogió la escoba y se volvió a quedar tan quieto como Mariano ante la Merkel.
- Oiga, ¿me puede atender? – le pregunté, creo yo, que con bastante educación. Ni me dirigió la mirada.
Me levante de la mesa y me acerqué a él; le pegué un corte de mangas y me dirigí a la salida.
- Hoy es mi cumpleaños – dijo entre susurros. Va venir Expulsión y me va a sacar de paseo… Creo que me va llevar al Mac Donald.
Cerré tras de mí la puerta del bar, monté en el Ferrari y arranqué. ¡Otro día más sin desayunar! Tendré que volver a entrar en algún ”restaurant” de lujo y volver a pedir langosta, angulas y caviar. ¡Qué alegría para mi colesterol!
No, aquel tipo no me cayó bien desde el principio.
D. Penalty, a cascála… y feliz cumpleaños.