miércoles, 21 de agosto de 2013

Los tumbaneos ( Antes o después )

Los TumbaNeos dice:

Jack observó el hotel desde la acera de enfrente. No, no es que él fuera de los que les gusta el sabor del sudor en nuca ajena, sino que se había trasladado a la acera contraria para tener una mejor perspectiva del lugar en el que se iba a celebrar la convención. Jack es un hombre muy meticuloso en todos sus actos y eso le ha servido para preservar su libertad durante toda su vida (muy longeva por cierto), aunque su apariencia externa no expresa correctamente su edad.
-Hay que estar seguro por donde se pisa- comenta siempre a sus escasas amistades-. No es nada agradable levantar la suela del zapato y encontrarse con el proceso digestivo completo de un foxterrier al que su dueña alimenta exclusivamente con Ferrero Rocher y champán francés: deja unas manchas horribles y un olor bastante desagradable.
La niebla hacía horas que había caído y el hotel, escasamente iluminado por las farolas de bajo consumo que el ayuntamiento utilizaba para poder subir el sueldo del alcalde y los concejales (año tras año: un 25%), apenas era visible.
Hotel “Los Tumbaneos”, rezaba el cartel. Hace años había obtenido la calificación de cuatro estrellas, otorgada por la prestigiosa revista “Dulces sueños & Agrios despertares”, pero la dejadez en su dirección, la falta de profesionalidad del servicio de limpieza y una más que deplorable carta de vinos en su bodega (que solo D. Simón y Fanta destacaban entre su selección de caldos) le habían llevado a ostentar en aquellos momentos dos asteroides y medio.
No solo brillaba por su ausencia la pulcritud en el interior, el exterior necesitaba también una buena reforma. “El paseo de la caspa” llamaban los vecinos del barrio al tramo de calle en el que se ubicaba, ya que era natural terminar con la ropa manchada por las finas partículas blancas que constantemente se desprendían de la fachada, pintada allá por los años treinta… de hace dos siglos.
A Jack le gustaba la niebla, se encontraba en ella como pez en una “Bouillabaisse”. Sentía el influjo que ejercía en él su humedad. Los claroscuros que producía en su vista le trasportaban a un mundo de agradables sensaciones donde poder realizar la honorable labor para la que había sido elegido. Esta niebla era diferente a la del barrio de La Capilla Blanca, pero podría acostumbrarse. De todas formas, no era mucho el tiempo que tenía pensado pasar por estos lares, justo lo que durase la convención. Ahora bien, nunca se sabía donde saltaría la oportunidad de añadir un nuevo nombre a su curriculum. Mary Ann Nichols encabezaba su lista; fue un buen trabajo para haber sido realizado por alguien sin experiencia. Después, todo fue cortar y cantar.
Sintió un dolor repentino en el abdomen. –Las tripas –pensó. E inmediatamente llevó su mano al cuchillo que llevaba en el bolsillo derecho de su abrigo. El mandil de cuero, que ocultaba bajo el abrigo, crujió con el movimiento. No podía controlarlo: era pensar en tripas y su mano, instintivamente, buscaba su herramienta de trabajo.
–Mañana preguntaré si hay prostitutas por la zona- se dijo- y se dirigió a la entrada del Hotel.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por poner esta nueva categoría aquí.

    Sólo decir que ya tengo la piel de cerdo verde preparada para llevar el libro a encuadernar en cuanto empiece septiembre, y que, en la portada del libro voy a pedir que me pongan
    Los TumbaNeos Vol I
    Porque espero que sea sólo el principio de una serie larga, y que acabe teniendo muchos volúmenes, y se pueda comprar en las librerías ...

    Muchas gracias de nuevo a ambos autores

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