Las fábulas parabólicas de Andoni.
La cigarra macho se dedicó todo el verano a dar el cante: desde baladas al rock and roll, pasando por rancheras mejicanas y algún fado que otro, formaban parte de su repertorio. Mientras tanto la hormiga macho, laboriosa ella, se dedicó a trabajar y trabajar recogiendo para la llegada del otoño. Cuando llegó la caída de la hoja la cigarra macho, hambrienta y aterida de frío se dirigió al hormiguero pidiendo ayuda. La hormiga macho le recriminó su pereza pero, apiadándose de ella, le ofreció alimento y cobijo. Pasaron muy buenos ratos e incluso llegaron a consumar varias veces, con el consiguiente pitillo de después.
Moraleja: No rechaces una portada del Interviú aunque sea en verano.
El cigarro y la Hormigos.