domingo, 4 de agosto de 2013

Desaucio.

Neo... dice:
Yo también firmé sin leer la letra pequeña. Había estado echando una ojeada al mercado y ninguna me convencía: demasiado alejada del centro; poca comunicación; bonita por fuera pero un desastre por dentro; demasiado amplia; un poco estrecha: Algunas estaban bien pero eran de segunda mano y se las veía bastante usadas. Así que decidí que fuera de primera mano y a estrenar. En cuanto la vi me gustó a rabiar. Me dije: esta para mí. El precio me pareció asequible y aunque sabía que habría algunos intereses me decidí por ella. Tuve que luchar bastante para conseguirla ya que tenía varios pretendientes, pero yo, que soy muy cabezota cuando me propongo algo, me la llevé al huerto.
Era preciosa: alegre, luminosa, limpia. No había mayor placer para mí que llegar cansado tras un duro día de trabajo y entrar en ella. Aquello era el paraíso.
Los primeros años fueron bien. Pero llegó la crisis y la cosa comenzó a cambiar. Es cierto que al principio fueron momentos puntuales pero con un poco de esfuerzo conseguí salir adelante. Algunas veces vislumbraba brotes verdes y renacía en mí la esperanza. Merecía la pena sufrir un poco. Me había propuesto que sería para toda la vida y no cejaría para no perderla.
Pero la situación, en vez de mejorar, fue a peor. Lo que me pareció en su día asumible se convirtió en inalcanzable. Por más que me esforzaba nunca llegaba. Comencé a sentirme mal pensando que aquello por lo que tanto había luchado sería de otro. Intenté por todos los medios no perderla, pero nada funcionó.
Tengo preparada la maleta: llegarán a las doce. Saldrá de mi vida en un instante y ni siquiera me daré la vuelta para verla por última vez. Otro entrará por su puerta y se encontrará con el jardín de Edén que yo tantas veces disfruté y del que he sido expulsado.
En mi bolsillo llevo la carta. Creo que la dejaré pegada con cinta aislante en el lateral del puente hacia el cual me dirijo. Espero que el Sr Juez entienda mi letra. Tengo que reconocer que mi caligrafía deja mucho que desear.
No me arrepiento de lo que hice ni de lo que voy ha hacer.
Yo lo tenía claro cuando firmé. Y lo hice con ilusión ¿Quién no firma cuando se te ofrece lo que más quieres para toda la vida? ¡En la pobreza y en la riqueza; en la salud y en la enfermedad! ¿Quién no firma?
Si, creo que no leí la letra pequeña.

2 comentarios:

  1. ¡Las cosas tan fantásticas que me había perdido !
    ¡ Como no empecé a entrar en la Argos de verdad hasta agosto del 2012 !
    Los relatos y post anteriores que estaban reunidos aquí, los había leído veces y veces, todos ellos, y a partir de agosto del año pasado, ya sabía donde buscar, pero estos últimos son nuevos para mí, y los estoy disfrutando

    ¡¡¡ Muchísimas Gracias por ponerlos todos !!! Y, como siempre, pido lo mismo : que los publique todos en forma de libro- antología , que se pueda comprar en las librerías o en Amazon...
    Por Favor

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, ya sé que este, en concreto es de febrero de este año, pero es mucho más fácil venir a leer aquí directamente, que tener que ir hacia atrás, y buscar cubierta por cubierta en La Argos.

      Eliminar