lunes, 5 de agosto de 2013

Candela Peña.

Neo... dice:
-Ave María Purísima.
-Sin pecado concebida.
-Dime hija tus pecados.
- Ay, padre, no me llame hija que soy huérfana.
- Pero todos somos hijas de Dios. Bueno yo no soy hija, pero casi, casi, porque para lo que la uso. Pero dime, dime: ¿de que quieres confesarte?
-Es que he mentido.
-¡Ostrás! Ese es uno de los diez mandamientos. Es un pecado grave, no mortal, pero de grave.
- No me hable de gravedad, padre, que mi “progenitor A” murió de una enfermedad en un hospital.
-Hija, lo siento. No lo sabía. Es normal que te sientas apenada, ya que es muy poco frecuente que se mueran las personas en un hospital… y de una enfermedad grave nada menos.
- Además era público.
- ¿Tu padre?
- No, el hospital.
-¡Joer! Eso si que es extraño. Raro es que se muera la gente en un hospital, pero en uno público… Si hubiera sido privado, pase; pero público…
- ¡Es que no sabe qué hospital, padre! ¡Que no había agua ni para darle de beber!
- ¿Y probaste a abrir el grifo del agua?
-Ah, pues no se me ocurrió.
- Hija, de los descuidados vive el enterrador. Pero bueno, estábamos en que habías cometido el pecado grave de la mentira; ¿me podrías dar más datos?
-Verá, es que yo soy actriz.
- ¿Porno?
- ¡No, padre, porno no!
- Ya decía yo, es que no me sonaba tu cara. Bueno, ejem, yo no me fijo mucho en la cara de las actrices porno como comprenderás… ¿Y qué clase de actriz eres?
- Soy actriz de cine español ¿Le gusta el cine español?
- Me encanta, aunque yo soy más de Nadiuska, Ágata Lys y Blanca Estrada.
- Padre, pero esas actrices son muy antiguas.
- Sí, sí, pero gallina vieja da buen caldo.
- Bueno, sigo. Me han dado un premio Goya y a la hora de dar las gracias he mentido diciendo que no había trabajado en tres años… y no es cierto.
- Ahora caigo. ¡Tú eres Candela Peña!
- Así es, padre. ¿Ha visto alguna de mis películas?
-No, películas no he visto, pero vi tu interpretación en la Gala de los Goya. No es que yo entienda mucho de cine, pero te faltó convicción en tu papel de huerfanita que se le muere el padre de sed. No sé… le faltaba credibilidad. No te metiste suficientemente en el papel. Tenías que haberte fijado en Maribel, que convicción, que poderío, que par de… cosas bien dichas ¡Si hasta yo me creí el papel de Robin Hood que interpretó! ¡Y que me dices del lifting que se ha hecho Gracita Morales! Si solo le faltaba haber dicho aquello de “el señoriiito”.
- Padre, que no era Gracita, que era Eva.
-Mira, hija, no me hables de la come manzanas… ¡que la tengo una tirria…!
- Bueno, padre: ¿me da la absolución o no me da la absolución?
- Mira hija, la solución es que te dediques a otra cosa. No sé… aguador en una película de Spielberg, por ejemplo. Y como penitencia te vas a ir a ver una de Tarantino. Ego te absolvo a peccatis tuis in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti.

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