domingo, 25 de agosto de 2013

Kaín y Abel.

Neo... dice:
La Biblia contada a los de Bilbao.
Zalakaín y Abeldieguna crecieron bajo la educación de sus padres Antxón Kobarrubiako y Nekane ( Lolita de soltera) y bajo la protección de Sabino.
Antxon y Nekane intentaron llevarlos por el buen camino; Sabino se los llevó al Batzoki.
Abeldieguna destacó siempre por su amor hacia el Label Vasco, y gracias a una beca otorgada por la asociación de txikiteros del Casco Viejo estudió agricultura autóctona. Apenas contaba dieciocho años cuando creó el primer invernadero de pimientos de Guernica en las faldas del Pico Serantes en Santurce. Después vinieron los secaderos de tomates de Deusto en Arrigorriaga y los viñedos de Txakolí de Bakio en Ortuella. Como no podía ser de otra manera, y gracias a Sabino, obtuvo la concesión de abastecimiento a todos los Batxokis de Vizcaya.
Sabino se sentía orgulloso de Abeldieguna, ya que este elegía sus mejores productos para consumo de los “jetazales”, mientras todos aquellos de inferior calidad eran destinados a la venta en mercados de la margen izquierda de la Ria de Bilbao, asentamiento abundante de maketos y otras gentes de fuera.
Zalakaín, sin embargo, se dedico a la holganza y se hizo arrantzale, o sea, pescador. Se le solía ver con su caña de pescar pasar horas muertas en los muelles cercanos al puente colgante sin que ni una sola “mojarra” acudiese a las migas de pan que colocaba en el anzuelo.
Sabino esperaba que Zalakaín pescara algo algún día para poder darle también parte en el abastecimiento de sus amaiketolaris, pero no había manera.
La envidia tocó el corazón de Zalakaín ya que Abeldieguna fue aceptado como vasco, vasco; que hasta boina de La Encartada llevaba.
Decidió cambiar de aires, y en vez de frecuentar el batzoki, se cortó el pelo, se puso un pendiente en la oreja y tomaba “potes” en las Herrikos Tabernas. Se colocó una chapa “Presoak kalera” en el pecho y se sacó el EGA de euskera en el el Euskaltegui de Portugalete.
¡Cómo se puso Sabino! Uno del PNV es vasco, lleva txapela, pero no sabe vasco: sabe euskera.
Una noche, estando Zalakaín de Kale Borroka vio a su hermano entrar en un cajero automático del BBK. Ni corto ni perezoso, sacó la garrafa de gasolina, roció la puerta del cajero, encendió un cigarrillo arrojando la cerilla hacia la puerta de la sucursal.
- ¿Has visto a tu hermano? -Preguntó Sabino.
- Acaso soy yo el escolta de mi hermano- respondió Zalakaín, mientras encendía un cigarrillo. Toma, te regalo las cerillas.
Sabino recogió la caja de fósforos. Aquel día surgió la idea de la entrega de las armas a Euskalerría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario