miércoles, 21 de agosto de 2013

Los tumbaneos ( II )

Los TumbaNeos dice:
Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde: y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, levantóse a recibirlos, é inclinóse hacia el suelo…
Y antes que se acostasen, cercaron la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo.
Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácanoslos, para que los conozcamos.
Génesis 19 1. 4-5
Se saludaron fríamente al entrar en la sala de reuniones. Acedio no tenía un buen día y fue el primero en sentarse. Gastrimargio se rió de él porque llevaba una botellita de agua y se comía las aspirinas a mordiscos. Superbio  mostraba su desprecio hacia todos ellos. Satanás (el Ceo) no entró, se apareció de repente e Invidio  comenzó a aplaudir.-No seas pelota- le dijeron.
-No estoy nada satisfecho con vuestro trabajo –se arrancó diciendo Satanás. -Porneio, empezaremos por ti. Porneio  que estaba distraído rascándose las cosas se la envainó y prestó atención.
-Tráenos tu informe –ordenó el Ceo demoníaco.
Porneio, que era un gran embaucador, explicó las bondades de su gestión. Se deleitó hablando de su gran invento: la viagra. -Millones de salidillos que estaban fuera de la concupiscencia han vuelto a la coyunda desordenada. ¡Todo un triunfo! -decía orgulloso. Superbio suspiraba de aburrimiento mientras se limpiaba las uñas con un palillo. Siguió Porneio hablando del Adsl, que se encuentra ya en tantos hogares así que la pornografía está al alcance de cualquiera y los pederastas están más desatados que nunca. Invidio pensaba en lo brillante de la exposición de Porneio, Acedio deseaba que llegara la hora de la siesta y Gastrimargio se sacó un bocadillo de ojos de bacalao con mermelada de pepino. Continuó Porneio su relato recreándose y habló del matrimonio homosexual, de la píldora del día después y del cigarrito de después. Cerró su conferencia con un engreído: “una gestión impecable”.
Satanás, que siempre estaba irritado y olía a socarraet de paella, le aclaró que los millones de “salidillos de la viagra” ya eran “clientes”, y eso no tenía mérito. Le preguntó por la Jornada Mundial de la Juventud. ¿Cuántos desvirgamientos se produjeron? ¿Cuántos embarazos no deseados? ¿Cuántas sodomías? –Me temo Porneio, que ese al que llaman dios y su vicario al que llaman papa te han ganado la partida-. Se produjo una carcajada general.
-Ese que llaman dios…ese que llaman dios –repetía muerto de risa Invidio
- Pues, a ese que llaman dios y a su papa como los coja los crujo –afirmó Orgé (el demonio de La Ira).
- No creo que los cojas: el vicario siempre sale montado en su cabina de teléfono con ruedas y ese que llaman dios es tan cobarde que se esconde tras miles de ángeles. Y no digamos nada de su hijo “el hippy”: siempre sentadito a su derecha cogiéndole la manita el muy nenaza – espetó Superbio.
- Lo llaman dios pero es tu padre y algo heredarás –soltó impertinente Philargurio.
-Todavía me acuerdo del repaso que le dio el hippy en aquel desierto a Gastromargio – se vaciló Invidio- Al hippy le llaman cordero de dios y no fue capaz de comerse ni una chuletita, ja, ja, ja.
Satanás le mostró a Porneio los datos que mostraban la gran diferencia entre el número de mujeres asesinadas frente al de violadas. – Orgé también te está comiendo la tostada- le reprochó. E Invidio volvió a reír.

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