sábado, 17 de agosto de 2013

Los escraches

Neo... dice:
Ah, los escraches.¡Qué bonitos son!
No hay nada mejor que dedicarse uno a empapelar fachadas con carteles de “Se Busca”, como en las películas del Oeste, para que la ciudadanía sepa quién es el malo y así poder hincharse de orgullo por el bien realizado a esta nuestra comunidad. Es una acción tan meritoria que incluso nos permite dormir a pierna suelta sin ningún cargo de conciencia. El bien contra el mal. Y a mas escraches, mejores somos.
Lo que no entiendo bien es lo de “Se Busca”. ¡Coño! (perdón). Si sabes donde vive y sabes donde trabaja, para que necesitas el cartelito; vete donde él y ya lo has encontrado, ¿no?
Y otra cosa: los gastos de los cartelitos ¿quién los paga? Las subvenciones ¿no? Porque si los tuvieran que pagar los encarteladores con un trozo de tiza te montaban el anuncio en la pared.
Y otra cosa más: ¿Estos escrachadores tienen la suficiente moral para realizar este acto? ¿No será que son unos “ojivigas” buscando pajas (perdón) en manos ajenas? Es cierto que maldad de muchos, consuelo expropiado, pero ¿quién es el guapo (o feo) que se planta ante ellos para aplicarles la ley?
Uno de los primeros escraches que se hizo; y este si que fue bueno, creo que lo realizó un tal Jesús (el nazareno le llamaban). Ante la turba que se proponía apedrear a una mujer pillada en flagrante adulterio; y no olvidemos que la mujer no era inocente, que fue pillada y bien pillada, el nazareno se puso a escribir en el suelo varios “Se Busca” con el nombre de los allí presentes. Y todos, empezando por los más viejos, abandonaron el lugar. Muy justos e inocentes no debían ser.
En España no es que no quepa un tonto más, es que sobran salvapatrias.
Cuidado escrachador, que al nazareno le azotaron, le escupieron, le insultaron y lo clavaron en una cruz hasta que murió. No sea que los carteles se vuelvan lanzas y luego no vayamos a empezar con el ” que era broma”.

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