sábado, 2 de junio de 2012

Altamira.


eltumbaollas dijo:

El abuelo del abuelo de don Emilio Botín fue el descubridor de las cuevas de Altamira. No sé si conocen a don Emilio, es un tipo que gusta de chupar cámara en las carreritas de fórmula one con un gorrito de paja (como el que yo tengo en casa de ron Barceló) y unos cascos rojos con un caballito rampante porque no hay quien soporte el ruido. Cuando veo a don Emilio en la fórmula one me cae bien, me simpatiza, lo veo campechanote como al Rey. Cuando lo veo en un telediario con corbata y tirantes rojos me parece otra persona y los puerros se me indigestan.
Siendo niño siempre creí que las cuevas de Altamira estaban en el barrio de Altamira de Bilbao. Debe su nombre a que está en un alto y se ve la ciudad, como otro barrio minero que se llamaba Miravilla hasta que pasó a llamarse Miribilla y ya no significa nada. Cosas que nos suceden por aquí.
Un sábado emocionante unos cuantos cogimos un Azulito, que eran unos microbuses que había en Bilbao, para subir al barrio de Altamira y explorar las cuevas. Uno trajo una lámpara de carburo que mangó a su hermano mayor; yo llevé un paquete de Celtas corto y cerillas de la Fosforera Española que mangué a mi hermano mayor. Ni cuevas ni leches encontramos pero lo pasamos en grande con el carburo en un paso subterráneo que olía a… en fin… que olía. Uno vomitó y nunca supe si fue por los Celtas o porque se comió un trozo de carburo o por el olor, pero vomitó y todos supimos que había comido fideos. Allí quedaron los fideos, en el túnel, aportando lo suyo al tufo de pis. Nosotros como la niña Justina (la bisabuela de don Emilio) también encontramos pintadas pero eran del tipo: “Pachi por Rosa Mari”. En cambio Justina Sanz de Sautuola mientras su padre buscaba por el suelo de la cueva huesos y cachivaches prehistóricos miró al techo y dijo: “papá, hay bueyes” y todo empezó.
Aquí en Altamira, en Bilbao, todo es cuesta arriba menos al volver a casa que muta en cuesta abajo; no como en el otro Altamira, el de los bueyes pintados, que allí hay de todo, cuesta arriba y cuesta abajo, hasta un zoo tienen y al volver a casa te comes un atasco en la A8 y llegas cabreado.
Añoro mi infancia aunque merendáramos carburo con Celtas de forma individual y generalizada y lamento no haber sido yo el que encontrara los bueyes en las cuevas. Mecacho.


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