viernes, 7 de junio de 2013

El Rey Mago.

Mi abuelo también fue picador.
En los últimos años de su vida nos contó a los nietos muchas historias, y todas eran ciertas. Pero yo, solo yo, supe que mi abuelo tenía un secreto y ahora me dispongo a contarlo. Espero que sean prudentes, como lo ha sido un servidor durante casi cincuenta años, y no lo vayan pregonando por ahí. En confianza: creo que ustedes son buena gente y esto jamás saldrá a la luz: Mi abuelo tenía doble vida.
- Papá, esta tarde vendrá Remedios con tu nieto, el mayor. Se ha empeñado en que su abuelo sea quien le escriba la carta a Los Reyes Magos.
- Pero… ¡Si yo apenas sé escribir!
- Ya sabes que tiene pasión por ti. Se ha puesto cabezón y no ha habido manera. Quiere que sea el abuelo quién le escriba su carta.
- ¿Y qué pongo?
- Toma. Aquí tienes escrito lo que hemos pedido para él. Ya sabes que la situación no es muy buena, pero por un hijo se da hasta la vida.
- Sí, hijo sí: hasta la vida… ¿Y si pide otra cosa?
- Pues, le convences que esto es mejor. A ti te hará caso.
- Hijo, me metes en cada embarcada…
- Papá, ¿qué es lidiar con este pequeño becerro para el mejor picador de toros que ha dado la historia?
- ¿Becerro? Tu hijo no es ningún becerro. Con cuatro años un Mihura es un toro de cojones.
- Bueno, papá: lo dicho.
………….
- ¿Agüelo, lo has puesto bien?
- Sí… mira, becerro mío.
- Agüelo, si yo no sé leer…
- Aquí lo tengo bien escrito: Ceridos Rrelles Magos de horiente.
- Vale. Ahora pon: Como me he portado “mu” bien, y ya no tengo Dodotis, y el “chupe” lo he tirado por la taza del “bater” os pido que me traigáis un Escalextrix…
- ¿Un Escalextrix? ¿Y eso que es?
- -Jo, agüelo. Una pista de carreras de coches.
- ¿Y no sería mejor que pidieras un pijama? Así podrías dormir todas las noches muy calentito y soñar que eres el mejor piloto de carreras del mundo.
- ¡Tú si que sabes agüelo! Vale, ponme un pijama… pero de color azul, que rosa es de niñas.
- “Quiero un pihama de color asul”. Ya está aquí apuntado.
- Y también quiero un balón de fútbol… ¡de reglamento!
- ¿Un balón? Mira, mi becerro. ¿Y si te pides unos zapatos nuevos para ir a misa? ¿Tú sabes la de patadas que podrás darle a las piedras cuando salgas?
- ¡Agüelo, qué listo eres! Apunta unos zapatos.
- “ Unos sapatos nuebos” ¿Algo más?
- Sí, agüelo. Quiero pedirle a los Reyes Magos que no te mueras nunca.
………..
Son las tres de mañana. La puerta principal se abre y por ella acceden al interior de la vivienda varias figuras humanas. Se enciende la luz del pasillo y se dirigen a la sala.
-¡Silencio! Como os oiga el becerro os voy a dar de hostias hasta el día del juicio final.
- No blasfemes, picador. ¡Que te excomulgo ahora mismo!
-Lo siento Froilán, es que como nos pille la hemos “cagao”.
- Ya, pero no te olvides que soy el párroco.
- Y tú, Pedrito, podrías haber dejado el perro lazarillo en la puerta ¿no?
- Donde va el ciego, va el perro ¡Quieres un cupón?
- Psss ¡Ramón! Tú que eres sargento de la Guardia Civil, dile a “El Flaco” que tenga cuidado, coño; que con lo gordo que es, se está pegando con todos los muebles… – Y tú “Duermesentao”, podrías haber engrasado la silla de ruedas ¿no?
- ¡Picador! Ya están todos los regalos colocados junto al Belén. Vámonos.
-Gracias, Luis. Vamos chicos. Salgamos cuanto antes.
-Esto, una cosa… ¿Y hacía falta venir vestidos de esta guisa? Es que se me está manchando la capa con el betún que me he puesto en la cara.
- ¡Todo el mundo fuera! ¡Y a callar!
Una fotografía muestra el momento de la partida: Está nevando fuera. Una pequeña farola ilumina siete formas moviéndose. Dos de ellas llevan sendas coronas en su cabeza. Una tercera está cubierta por un castoreño de picador de toros. La cuarta es oscura, vestida con algo parecido a una sotana. La de la silla de ruedas es empujada por la más ancha. Un perro lazarillo acompaña a la última. Tres caballos, ataviados para la lidia, esperan bajo el manto blanco que se va acumulando en sus grupas. En una de las ventanas de la casa unos ojos verdes, infantiles, observan la escena. Un mechón rubio le cae descuidado sobre uno de ellos.
Al ser su primer nieto me dejó la foto como recuerdo.
Aquél año recibí los primeros regalos de Los Reyes Magos que recuerdo: un pijama, unos zapatos nuevos para ir a misa… un balón de reglamento… y ¡Un Excalextric!
¡Y aquel tercer regalo que pedí!
Siempre guardé el secreto de mi abuelo. Sí, mi abuelo era picador, pero él y su cuadrilla eran los Reyes Magos.
Sí, mi abuelo hizo como que murió, pero ahora sé que está vivo y que cada 6 de Enero reparte los juguetes a todos los niños del mundo.
Guardo esa fotografía con mucho cariño, y siempre que escucho a Víctor Manuel me acuerdo de ella.

Sí, mi abuelo también fue picador.

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