miércoles, 5 de junio de 2013

Luigi.

Neo... dijo:
-Ave María Purísima.
-Sin pecado.
- ¿Sin pecado qué?
-Concebida.
-Así está mejor. Dime ¿de que te acusas hijo?
-Llámeme Luigi.
- Así ¿sin más? ¿No me vas a dar alguna explicación?
- A buen entendedor…
- Tú no hablas mucho ¿no?
-Psss
-Esto… por lo menos me dirás algún pecado.
- Gula.
-¿Gula qué?
- Gula, pecado en capital.
-Vamos a ver, que me lo estas poniendo difícil. Quieres decir que has cometido el pecado de la gula en la capital: o sea en Madrid.
-Es acto.
-Es acto… esto querrá decir: exacto. Joder…, y encima con juegos de palabras.
- ¿Y el pecado lo cometiste en casa?
- No, en campo de gulas.
-¡La leche, si voy a tener que traerme el traductor de Google! Pensemos: Campo de gulas… esto tiene que ser un restaurante de alta alcurnia.
- Bueno hijo, ¿pero tanto comiste?
-Comí al lado de Zapatero nubero.
- ¡Coño! Eso si que es grave.
- Y Sonsoles y sombras..
- ¡La madre de Dios! ¿Has probado con un exorcista?
- Sabe más el diablo por socialista que…
-Mira hijo, te voy a tener que imponer una gran penitencia: Vas a rezar veinticuatro mil padrenues…; no, mejor que reces uno solo, que aunque hables poco se te entiende de maravilla. Y en vez de un padrenuestro basta que digas: amén.
- Garcias, de los garcias de toda la vida.
- Mira Luigi, no te pases que me arrepiento. Ego te absolvo. ¡coño, que me lo ha pegao el tío!… Ah, y dales recuerdos a los de La Argos; sobre todo a D. Neo. Bueno ya se los daré yo, que el tipo está aquí más que un su casa.

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