viernes, 14 de junio de 2013

Patty Shepard.

Neo... dijo:
Patty Shepard.
He tenido que esperar a cumplir 49 años para descubrir su nombre. No es que tenga mucha importancia, pero a veces te gusta saber el nombre de la persona que te ha llevado al alcoholismo. Sí, es cierto, no voy a negarlo: yo me alcoholicé con Coñác Terry. ¡Cuantas veces me preguntó mi padre tras la puerta del cuarto de baño – cerrada, eso sí, con pestillo-: ¿Hijo, se puede saber que haces ahí metido? ¡Que llevas media hora! – Nada, papá, bebiéndome un Terry – le contestaba yo entre jadeos-. Y mi padre, sabio él como ninguno, esperaba pacientemente a que yo terminara de dar los últimos lingotazos a la botella (de Terry, no confundir con la señora de Aznar) para, al aparecer por la puerta, darme un abrazo y susurrarme al oído por si le oía mi madre: “Hijo, me haces el hombre más feliz del mundo. Que no quiero yo que mi primogénito beba mariconadas.”
Hasta hoy no he descubierto su nombre; que montaba un caballo una década.

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