Mi
abuelo también fue picador.
Y aunque un poco canalla, tenía un buen corazón y era solidario.
En los últimos años de su vida nos contó a los nietos que él ayudó en todo lo que pudo a los pobres y que tenía especial debilidad por los que mostraban alguna deficiencia física.
Una vez – nos dijo- que encontró a un pobre en la calle con una pata de palo. Mi abuelo se dirigió a la primera tienda que encontró y le compro una lata de un kilo de “Betún de Judea”.
-Es que la pierna de madera necesitaba una buena capa – aseguraba-.
En otra ocasión vio pidiendo a un tuerto; le compró medio periódico.
Pero la muestra más fehaciente de que mi abuelo tenía todas esas cosas buenas fue el día que “ Rafaliyo”, uno de sus monosabios, estuvo apartado de los ruedos durante seis meses a consecuencia de una fractura de mandíbula que se produjo por mirar muy detenidamente una moneda en el aire. ¡Qué malo es el afán de dinero!
El “ Rafaliyo” estaba de baja y mi abuelo necesitaba un nuevo monosabio. Se acordó de “Pedrito”, un chico de su pueblo con una deficiencia física por la cual se veía incapacitado para realizar ciertos trabajos. “ Pedrito” –decía mi abuelo- estaba incapacitado para realizar ciertas labores, pero tenía un don especial: traía suerte.
Ni
corto ni perezoso lo contrató.
Aparte de suerte, “Pedrito” tenía un sentido especial en el tacto y en el oído, y eso le venía muy bien a mi abuelo para la función que le iba a encomendar: se encargaría de estar detrás del caballo para dirigirlo ante la embestida del toro, y para eso necesitaba sentir en sus manos la dirección del embite y oír las directrices de mi abuelo.
Una foto muestra su primera actuación.
-
Al ser su primer nieto me dejó la foto como recuerdo: En ella se ve a mi abuelo picando un toro bragado; la puya en todo lo alto y a “Pedrito” detrás del caballo, apoyando su mano izquierda sobre este; el bastón bien agarrado en la derecha; el perro lazarillo a sus pies, obediente, y las tiras de cupones de
Sí, mi
abuelo tenía debilidad por los pobres y por los que mostraban alguna
deficiencia física.
Guardo
esa fotografía con mucho cariño, y siempre que escucho a Víctor Manuel me
acuerdo de ella.
Sí, mi abuelo también fue picador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario