Buenos días, señoras y señores vean ésto:
El pasado mes de mayo, la revista de arqueología “Ecos de Bilbao”, considerada por los expertos como la más importante del mundo, publicó un artículo acerca de un yacimiento prehistórico encontrado en los servicios del Ayuntamiento de San Sebastián. Dicho yacimiento estaba estructurado en torno a tres terrazas: una con vistas al Naútico, otra a Alderdi-Eder y, la más alejada, al Boulevard. Los primeros restos se han datado en el período sabinoaraniense, un lapsus entre el achelense y el auriñaciense, época que el gran antropólogo Lévi-Strauss, en su obra “El buen salvaje” denominó como cagada mutacional.
De la industria lítica allí encontrada destacan unos bifaces marca “bellota” asociados a un prototipo de máquina herramienta para fabricarlos en serie; junto a lo anterior, han aparecido unas pelotas de goma -tipo antidisturbios- que no ha sido posible datar.
Siguiendo a Levi-Strauss, la especie habitante de estos espacios era conocida como “los hombres que no reían”, también por el sobrenombre de “los hombres de las orejas gachas”; de estos últimos tomó el nombre, por deformación lingüística, su cabaña ovina –ovejas lachas- conocidas por la calidad de su cuajo.
Se observa del estudio pormenorizado de los restos, que en este período se produjo un cambio en los hábitos alimentarios, con abandono del chuletón y retorno a la purrusalda, consecuencia, al parecer, del fracaso en la caza oportunista. Para algunos individuos este cambio en la dieta les llevó al canibalismo; otros muchos volvieron a respirar por branquias, que en un estadio posterior incorporaron a su ADN. Manifestación típica de este tipo de respiración es la de permitir a sus portadores nadar siempre entre dos aguas y mirar para otro lado, todo ello en un solo movimiento y sin generar ningún tipo de tortícolis o escoliosis.
Entre los restos funerarios se ha datado el primer Rh negativo; Lévi Strauss nos dice que coincidiendo con ese momento en Francia, simultáneamente, apareció el primer R5 cuatro puertas. Igualmente se han hallado unas figuras crisoelefantinas, que bien podrían ser unas Venus esteatopigias o la representación antropomórfica de los socios principales de alguna sociedad gastronómica.
Derivado de la datación realizada con carbono catorce, se ha logrado descubrir en la lareira, restos de lo que se cree fue el primer restaurante chino –especialidad pato lacado- de Europa. Ha aparecido un ánfora con una inscripción que los paleontólogos han traducido como “tinto de velano” y que pudiera ser una ambrosía, que se servía al final de la comida en chupitos coincidiendo con la dolorosa; además, en el inventario figuran dos pay-pay y lo que parece ser un calendario policromado enrollado, con publicidad de Titanlux. Seguiremos informando.
El pasado mes de mayo, la revista de arqueología “Ecos de Bilbao”, considerada por los expertos como la más importante del mundo, publicó un artículo acerca de un yacimiento prehistórico encontrado en los servicios del Ayuntamiento de San Sebastián. Dicho yacimiento estaba estructurado en torno a tres terrazas: una con vistas al Naútico, otra a Alderdi-Eder y, la más alejada, al Boulevard. Los primeros restos se han datado en el período sabinoaraniense, un lapsus entre el achelense y el auriñaciense, época que el gran antropólogo Lévi-Strauss, en su obra “El buen salvaje” denominó como cagada mutacional.
De la industria lítica allí encontrada destacan unos bifaces marca “bellota” asociados a un prototipo de máquina herramienta para fabricarlos en serie; junto a lo anterior, han aparecido unas pelotas de goma -tipo antidisturbios- que no ha sido posible datar.
Siguiendo a Levi-Strauss, la especie habitante de estos espacios era conocida como “los hombres que no reían”, también por el sobrenombre de “los hombres de las orejas gachas”; de estos últimos tomó el nombre, por deformación lingüística, su cabaña ovina –ovejas lachas- conocidas por la calidad de su cuajo.
Se observa del estudio pormenorizado de los restos, que en este período se produjo un cambio en los hábitos alimentarios, con abandono del chuletón y retorno a la purrusalda, consecuencia, al parecer, del fracaso en la caza oportunista. Para algunos individuos este cambio en la dieta les llevó al canibalismo; otros muchos volvieron a respirar por branquias, que en un estadio posterior incorporaron a su ADN. Manifestación típica de este tipo de respiración es la de permitir a sus portadores nadar siempre entre dos aguas y mirar para otro lado, todo ello en un solo movimiento y sin generar ningún tipo de tortícolis o escoliosis.
Entre los restos funerarios se ha datado el primer Rh negativo; Lévi Strauss nos dice que coincidiendo con ese momento en Francia, simultáneamente, apareció el primer R5 cuatro puertas. Igualmente se han hallado unas figuras crisoelefantinas, que bien podrían ser unas Venus esteatopigias o la representación antropomórfica de los socios principales de alguna sociedad gastronómica.
Derivado de la datación realizada con carbono catorce, se ha logrado descubrir en la lareira, restos de lo que se cree fue el primer restaurante chino –especialidad pato lacado- de Europa. Ha aparecido un ánfora con una inscripción que los paleontólogos han traducido como “tinto de velano” y que pudiera ser una ambrosía, que se servía al final de la comida en chupitos coincidiendo con la dolorosa; además, en el inventario figuran dos pay-pay y lo que parece ser un calendario policromado enrollado, con publicidad de Titanlux. Seguiremos informando.
