sábado, 3 de agosto de 2013

Luís Bárcenas.

Neo... dice:
-Ave María Purísima.
-Sin pecado concebida.
-Dime hijo tus pecados.
-No me llame hijo, Padre. Llámeme Cartero Real, que es mi profesión.
- ¡El Cartero Real! No me digas que has cometido pederastia.
- No, padre, no. Si ese es el problema, que yo creo que no he cometido ningún pecado.
-¡Entonces, para qué demonios has venido! (¡Dios, perdóname por nombrar a tu otro hijo, al que te salió torcido; pero es que estoy hasta el gorro de que vengan al confesonario diciendo que no tienen pecado. ¡Joder! Si se aburren, que se pongan el Sálvame.) Perdona, hijo, perdona por mi reacción, pero si no tienes pecados, ¿para que te has acercado aquí?
-Estoy buscando consuelo.
- ¿Y no has probado a irte de pilinguis? Digo. Es que así tendrías un motivo para volver con algo concreto.
-No es ese el tipo de consuelo que busco Padre. Es que me siento solo, me han abandonado todos. Y encima me llaman cabrón.
- Pero algo les habrás hecho, ¿no?
-Nada, Padre. No les he hecho absolutamente nada. Después de tantos años sirviéndoles -que hasta en los ratos libres realizaba trabajos de tesorería- Y siempre al pie del cañón. Fíjese, nunca se me olvidó entregarles las cartas, ni una sola se me perdió ¡Y con qué ilusión las recibían! Y ahora… ahora me dejan tirado.
- Lo siento mucho, hijo. De veras. Te comprendo
y tienes toda mi solidaridad, pero… si no tienes pecado no te voy a poder dar la absolución.
-No importa, Padre. Ya ha hecho bastante escuchándome. Gracias.
- Adiós, hijo.
- Adiós, Padre.
- ¡Luis!
-¿Sí, Padre?
- Junto a la pila bautismal hay unos sobres de ayuda para restauración del confesonario. Si no te importa…
- Desde luego, Padre, desde luego. Y por cierto… ¿cómo sabe que yo me llamo Luis?
- Nada hay oculto a los ojos de Dios, hijo… Y si puede ser que sean 15.000.

No hay comentarios:

Publicar un comentario