sábado, 3 de agosto de 2013

Bilbaino y bilbaina.

Neo... dice:

La Biblia contada a los de Bilbao.

(Bilbaino y Bilbaina.)

Sabino había creado al primer bilbaino: Antxón Kobarrubiako. Lo había alojado en pleno paraíso de Bilbao, concretamente en Los Jardines de Albia, y no le faltaba de nada. Tenía su disposición a poca distancia el BBV, El Corte Inglés, las siete calles y Sabin Etxea – que traducido al maketo viene a ser algo así como El rapto de las Sabinas, pero de andar por casa-.
Y sin embargo Antxón no era feliz. No es que tuviera que caminar unos ochocientos metros hasta San Mamés para ver al Athletic; porque qué son ochocientos metros para uno de Bilbao cuando recorre más de doscientos kilómetros para traerse buen vino de La Rioja. Tampoco le producía tristeza el txirimiri continuo que bañaba cual maná en el desierto las mañanas de La Plaza Moyua. Ni siquiera el olor que producían Los Altos Hornos de Sestao -que aunque la mayoría de los altohorneros fueran españolazos pobres que habían huido de la miseria- hacía en él mella en su ánimo.
Era algo más profundo. Era como si deseara descargar y no encontrara plaza libre de carga y descarga en plena Gran Vía. Hasta ahora Sabino se había preocupado de que a Antxón –su máxima creación- no le faltara de nada.
-Antxón, ¿qué te ocurre, pues? ¡Trrriste te veo!
-Es que me falta, como si dijéramos, algo, pues.
- Pero, ¡si tienes de todo, la ostia!
- De todo… pero de sintura para arrriba.
- ¡Joderrrr! No me había dado cuenta. Ahora hablo con Iñasio, que será el abuelo de Iñaki Azkuna ( el mejor alcalde del Mundo) para que te constrrruya unosbateres públicos al lado de La Alhondiga.
- No, si eso no es problema. ¡Anda que no hay terrrrenos para plantar pinos por la zona del Ensanche! … Es que me encuentrrro solo.
- ¿Y si te pido al Olentzero una Play?
- Es otrro tipo de soledad la que tengo, Sabino. Tiene algo que ver con el Imperio de los Sentidos.
-Sentidos, sentidos. Los bilbainos solo tienen un sentido: el gusto; para beber buenos tragos de vinos y comerrr txuletones de Berriz. Los demás sobrrran.
- Es que necesito una prrresensia femenina en mi vida.
- ¿Y no te vale Marijaia en la semana grande de Bilbao?
- Hombrrre, pero si fuera de carrrne y hueso.
-¡Coño, pues los txuletones! Anda que no tienen carrrne y hueso. ¡De hasta ochocientos grrramos los hay!
- Que no, Sabino. Que necesito una mujer.
- ¿Y no te valen los puticlús de General Concha?
- ¡Dios! ¡Una para mí solo! No para uso común de la cuadrrilla.
…..
-¡Oye, neska!
- ¿Es a mí paisa? ¿ Quieres que te lea la mano?
- No, la mano, no. Mira, me llamo Sabino ¿Te gustaría ser la primera bilbaina?
- Pero es que llo me llamo Dolores…, aunque muchos payos me llaman Lola.
-Dolores…, viene que ni pintao. Te llamarás Nekane.
- ¿Y que tengo que hacer?
- Nada, neska. Solo tendrrás que compartir tu vida con Antxón, el primerrr bilbaino… Además, serás la matriarca y ordenaras todo lo que quieras.
- ¿Y tiene que haber contacto íntimo?
- ¡¡¡Nooo!!! Tu hases cómo, pero sin como; que los bilbainos solo hablan y fanfarrrronean, pero a la hora de la verdad, ni con un encofrado.
- ¿Y como nos multiplicaremos?
- No te prrreocupes, neska. Que de las multiplicaciones ya se encargarán los maketos; que esos no solo multiplican, sino que elevan a la enésima potencia.
Y así Sabino creó a la primera bilbaina.
Y se la presentó a Antxón. Y se los llevó a comer txuletón. Y a los postres el bilbaino exclamó: Ésta si que es carne de mi carne – y pidió un entrecot-.

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