A mí me gusta el cine japones en versión original. Sobre todo las de Chal de Loto – que traducido al inglés suena algo así como Charlot.
Más que el Imperio de los Sentidos me sorprendió “La República de los sauces llorones”, del gran director Yokito Latele.
Es de seso duro. No recomendada para menores, ya que puede influir en su forma de actuar y luego es muy difícil ubicarlos en una foto de grupo.
Trata de las peripecias- más de las “peris” que de las “pecias”, ya que se trata de una película subida de tono- que tuvo que realizar Jo-Tsé-Lú ( que era de origen chino, pero que se tenía por japones)para llegar a su máxima aspiración: observador de nubes.
El no era un sauce, más bien no era nada; pero soñó con una vietnamita y con un chubasquero amarillo. Sintió la llamada de sus ancestros (sobre todo de un abuelo) y decidió aprender economía en dos tardes.
Y aquí viene la escena culmen de la película, que ha sido nominada varias veces para los Karlos de Chantrea: Jo-Tsé-Lú, en su segunda y última tarde de aprendizaje, intenta desesperadamente realizar una multiplicación: 2 X 2. El reloj avanza…, la luz mengua…, las tinieblas se ven en el horizonte…, y el protagonista (extenuado por el esfuerzo) anota:5.
Y claro, cinco… Pues por el c…. Y no me digan que esto no es seso puro y duro.
Más que el Imperio de los Sentidos me sorprendió “La República de los sauces llorones”, del gran director Yokito Latele.
Es de seso duro. No recomendada para menores, ya que puede influir en su forma de actuar y luego es muy difícil ubicarlos en una foto de grupo.
Trata de las peripecias- más de las “peris” que de las “pecias”, ya que se trata de una película subida de tono- que tuvo que realizar Jo-Tsé-Lú ( que era de origen chino, pero que se tenía por japones)para llegar a su máxima aspiración: observador de nubes.
El no era un sauce, más bien no era nada; pero soñó con una vietnamita y con un chubasquero amarillo. Sintió la llamada de sus ancestros (sobre todo de un abuelo) y decidió aprender economía en dos tardes.
Y aquí viene la escena culmen de la película, que ha sido nominada varias veces para los Karlos de Chantrea: Jo-Tsé-Lú, en su segunda y última tarde de aprendizaje, intenta desesperadamente realizar una multiplicación: 2 X 2. El reloj avanza…, la luz mengua…, las tinieblas se ven en el horizonte…, y el protagonista (extenuado por el esfuerzo) anota:5.
Y claro, cinco… Pues por el c…. Y no me digan que esto no es seso puro y duro.